Polis: Prologo - Fragmento 30

El comandante borke corrió hacia el agal sin disminuir la velocidad a la que huía, no obstante, Frouken mermó el paso inconscientemente al ver aquella gran bestia, dejándose invadir por el temor que parecía producirle el agal. Nunca había visto nada parecido en su vida, porque nunca ninguna de estas criaturas había pisado la tierra de los éldon. La aparición de la gran bestia daba a entender que a partir de ese momento las batallas contra los ejércitos borkës serían muy diferentes a como habían sido hasta entonces, lo que producía una incertidumbre en cada uno de los alakës allí presentes. Este extraño miedo ayudaba a que el cansancio que Frouken había acumulado en la batalla comenzará a notarse. Aún sin conocer la fuerza de su enemigo, el alak sintió que en este punto de la batalla no tenía fuerzas para luchar contra su nuevo contrincante. Sin pensar en la deshonra o en la culpa, tomó la decisión de dar la vuelta y retirarse, renunciando a su idea de vengar la vida del rey y de sus compañeros caídos.

Historias de Terran por S. Arias

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