Polis: Prologo - Fragmento 34

Contra todo pronóstico, el agal recibió un ataque frontal que lo obligó a detenerse. Una ráfaga de luz blanca en forma de corte vertical llegó hasta la bestia cortando el suelo. El agal puso los brazos cruzados al frente evitando que aquel extraño ataque lo desestabilizara. Al quitar los brazos y buscar el origen del ataque vio una línea recta que marcaba el suelo unos treinta metros hasta llegar a los pies de Frouken. El alak del millar de vidas había decidido volver a la ofensiva.

Aquel guerrero que una vez renunció a su linage, había tomado la decisión de extraer de hoja de luz un poder antiguo que le permitía lanzar un corte a distancia. La poderosa randagord extraía de su portador parte de su energía vital y la transformaba en una fuerza que expandía el alcance de su filo a través del aire al mismo tiempo que mejoraba exponencialmente su efectividad. Aunque este ataque contra un agal no parecía ser lo suficientemente letal debido a los acontecimientos previos de aquella batalla. En este punto, usar el poder del arma era un recurso peligroso debido a lo exhausto que el alak se encontraba, pero gracias a esto, la gran bestia fue retenida. Esto encolerizó al agal que emitió un fuerte rugido cargado de rabia. El ejército borke decidió detener su ofensiva y quedarse a espaldas de la gran bestia al ver aquel extraño poder de hoja de luz.

Historias de Terran por S. Arias

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