El núcleo de Terran alimentaba las últimas horas del astro de luz cuando las flotas se divisaron salir de las nubes del abismo. Los impulsores generaban un suave y grave eco que se camuflaba entre los vientos que movían las cascadas ruidosas. Estas se perdían al caer del bloque continental flotante para evaporarse con el calor del centro de este mundo. Dentro de las naves había un ambiente de tensión y estrés colectivo. Cada criatura portaba un arma a la defensiva mientras miraban alrededor, esperando no ver o percibir ninguna señal de peligro. Aunque la campaña estaba comandada por poderosos guerreros y bestias dotados de un poder nunca visto en ningún campo de batalla (exceptuando las guerras de los Celës), aquella flota sabía que en el continente de Erutar habitaba la estirpe más poderosa de los éldon. Historias de Terran por S. Arias
A partir de ese momento se presentaron algunas formalidades más. Para los alakës, en estos casos siempre fue importante tener este tipo de tratos, porque la diplomacia permitía que aún los enemigos trataran con respeto los consejos celebrados en las mesas del rey. Sin embargo, Aetos y Frouken habían compartido batallas, en las que cada uno había desarrollado un aprecio y una admiración por el otro. En aquella reunión se contaron detalladamente los acontecimientos de la batalla en la bahía del pasaje. Rotran fue quien se encargó de detallar a los lajur y al agal, pues estas criaturas nunca habían pisado tierra alak y no se tenía registro de su existencia. Historias de Terran por S. Arias. Todos los derechos reservados.
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